A
propósito de Neil Peart, la banda Rush recientemente anunció su
retiro definitivo de los grandes escenarios mundiales. Celebramos el
legado de más de cuarenta años de ritmos místicos, signos vitales
y las ondas permanentes de sus canciones. Ha sido un maratón el que
han corrido a lo largo de más de veinte discos de larga duración y
veintisiete giras mundiales, pero a pesar de los deseos de muchos,
el tiempo no se detiene. Despedimos a los monarcas del rock
progresivo saliendo por la parte izquierda de la tarima, no en el día de la Bastilla y aun en el tope de su género. Ahora bien, se retiran
solo del candelero de las grandes tarimas mundiales. Con suerte,
todavía podremos disfrutar de su virtuosidad y de sus caricias de acero en algún concierto benéfico aquí o allá. Tal vez en los
próximos años resuenen sus himnos desde la concha acústica del
precioso parque del lago, con nosotros tendidos sobre la grama fresca
y bajo la sombra alta de los robles y los arces: árboles perennemente en guerra por la luz del sol. Tal vez
disfruten primero de unas merecidas vacaciones y compren un pasaje a Bangkok, o vuelen de noche para pasar unos días en la Villa Strangiato. Sea cual fuere el camino que encuentren, podemos estar
seguros que poseen el alma de Tom Sawyer y que su libre albedrío muy
pronto, una misión les delegará. Su música nos queda cerca del corazón y perdurará, como lo hizo el espíritu de la radio, de no
consumarse lo que Neil advirtió temprano y distante, si
sobrevivimos a la extinción en el sector A. En ese futuro
lejano, igualmente lleno de subdivisiones y mucho antes de la
revolución del 2112, puedo imaginar a un sobrino rebelde en una
barchetta roja, descapotada, huyendo de las patrullas robóticas,
mientras escucha YYZ por las bocinas de su radio análogo.
Son suspiros, recuerdos, destellos, puños sobre la mesa y arcos de corriente. Son todos espectros que emanan y se enredan de una música muy especial.
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El Heavy Metal nuestro de cada día:
El Heavy Metal nuestro de cada día:
Endless Forms Most Beatiful
En la voz tranquila y profunda de Richard Dawkins comienza el octavo disco de la banda finlandesa Nightwish, Endless Forms Most Beautiful (2015). En el preludio; la calma antes de una explosión; el famoso biólogo reflexiona...
En la voz tranquila y profunda de Richard Dawkins comienza el octavo disco de la banda finlandesa Nightwish, Endless Forms Most Beautiful (2015). En el preludio; la calma antes de una explosión; el famoso biólogo reflexiona...
domingo, 22 de enero de 2017
El Heavy Metal nuestro de cada día: Rush
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